¿Cómo te ganas la vida?

ganas la vidaCada día podemos leer alguna noticia sobre alguien que ha engañado, mentido, estafado, robado, o defraudado abusando de una posición privilegiada. Pero lo cierto es que estas prácticas no son exclusivas de personas pertenecientes a la clase política o con una situación de poder. En mi práctica profesional como consultor me encuentro cada día con perfiles muy similares a los descritos en diferentes empresas y en diferentes cargos.

Hay personas que mienten deliberadamente con el objetivo de posicionarse adecuadamente en su empresa. Engañan a sus superiores y a la gente que trabaja con ellos. Este tipo de personas suele creer que sus subordinados no se dan cuenta de sus mentiras, cuando en realidad lo único que hacen es aguantarlas porque tienen que pagar una hipoteca o un alquiler. Querido mentiroso, que no te digan nada no significa que no vean tus estrategias, significa que no pueden hacer nada más que guardar silencio. Pero ten claro que tus mentiras menoscaban tu autoridad -si algún día la tuviste- y provocan dolor y sufrimiento.

Algunas personas ocultan, parece una forma de engañar, pero no es lo mismo. El que oculta está más preocupado por defenderse de posibles errores y ocultarlos que de aprender y mejorar su desempeño. Posiblemente si aplicara la mitad de energía y tiempo que destina a ocultar y tapar, en ocasiones implicando a otras pobres víctimas, en formarse, no necesitaría mentir ni ocultar nada. Hay personas que manipulan a quien necesiten para su beneficio propio. Sin ningún tipo de escrúpulos ven a las personas que les rodean como meros instrumentos destinados a facilitarle sus objetivos. Al buen manipulador no se le ve venir, se posiciona al lado de las posiciones de poder y juega con sus inseguridades y miedos. En realidad son buenos detectando la condición humana, sus miedos y sus deseos, que pena que no transformen esta habilidad en una virtud al servicio de la comunidad. Continuar leyendo «¿Cómo te ganas la vida?»