Tenemos un mal endémico en nuestras empresas que no nos permite ser competitivos y pretendemos arreglarlo dando palos al aire. Nos preocupamos por la retención del talento cuando nada tiene que ver con lo que nos ocurre. Cuando nos preocupamos de retener el talento ya vamos tarde. El talento no se retiene, se le atrae, se le invita y se le muestra lo estimulante que va a ser trabajar conmigo. Luego se cumplen las expectativas que le he generado.
Nos preocupamos por motivar al personal. Nada, otro palo al aire, otro cartucho quemado. No tenemos que motivar al personal, en absoluto. Cuando queremos motivar al personal, de nuevo, estamos haciendo tarde y tirando el dinero. Al personal, con no desmotivarlo cuando empieza a trabajar repleto de ilusiones ya basta. Cualquier euro invertido en motivar al personal es un euro perdido ya que su acción es tan efímera como la niebla en el valle… Continuar leyendo «Si quieres que tu empresa funcione, mira a las personas»