No te creas todo lo que te cuentan

no creasNo te creas todo lo que te digan. Hay personas que hablan por hablar. Son fáciles de reconocer. Suelen ser personas impulsivas que carecen de un filtro entre su proceso de pensamiento y sus verbalizaciones. Todo lo que les pasa por la cabeza viaja directamente hasta sus cuerdas vocales, sin pasar por el tamiz social, sin pensar, sin valorar la adecuación de su contenido.

Pero también hay personas que hablan con una intención. En determinadas ocasiones podemos observar unas nobles intenciones; pero no olvides que también hay personas malintencionadas e incluso personas con intenciones tóxicas camufladas bajo una falsa amistad, altruismo o buenas intenciones. De hecho te animo a que aprendas a contextualizar los mensajes que recibes teniendo en cuenta a la persona que lo dice y la motivación que tiene para decirlo.

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Mandela, Obama y los lazos que unen el espíritu humano

mandelaEn ocasiones me sorprendo a mi mismo fantaseando o imaginando una escena con todo lujo de detalles, como si la estuviera viviendo en realidad. Hoy, mientras preparaba una charla sobre liderazgo, me ha sorprendido una de estas escenas. En mi particular homenaje a Mandela, me estaba documentando e inspirando en algunos de los discursos pronunciados durante su funeral para usarlos en la ponencia.

Después de leer el discurso de Obama la imaginación ha tomado el control de mi mente y me he visto sentado junto al presidente Obama en el vuelo de retorno a Washington. De hecho, como imagen onírica que se trataba, no puedo discernir si estaba sentado a su lado como un observador invisible o si estaba dentro de su mente. En cualquier caso tenía la capacidad de poder ver y oír lo que pensaba el presidente.

En mi imagen podía ver a Obama recostado en su asiento, con la cabeza apoyada en su mano derecha, ligeramente inclinada y lo ojos cerrados. No dormía, reflexionaba. La cabeza de Obama estaba repleta de palabras e imágenes. El funeral le había provocado un torrente de emociones, pensamientos y reflexiones que intentaba analizar.

Ubuntu. El sentimiento que nos invade cuando nos sentimos unidos a otra u otras personas; cuando sentimos los lazos que unen el espíritu humano. Ubuntu. Resonaba en su mente, una y otra vez. El líder capaz de sentir el Ubuntu de las personas que le rodean, será el líder capaz de liderar el cambio. Mandela fue capaz de sentir lo mismo que las personas a las que lideraba, fue capaz de percibir sus necesidades, involucrarlas en un objetivo y hacerlas protagonistas del cambio. Continuar leyendo «Mandela, Obama y los lazos que unen el espíritu humano»

Pobreza energética, pobreza de espíritu

pobrezaHe estado unos días sin calefacción debido a una avería en el depósito de gas. Durante estos cinco días, la casa ha estado entre 10 y 15 grados. Durante estos cinco días he podido sentir cada día, varias veces al día, el frío y sus consecuencias. El frío me ha obstaculizado seguir con mi rutina habitual, me ha dificultado trabajar y me ha impedido descansar. Como consecuencia he estado de más mal humor, más intolerante, más agobiado, menos creativo, menos receptivo y menos sociable.

Durante una semana he vivido por debajo del umbral de pobreza energética. He experimentado lo mismo que están viviendo miles de personas, muchos de ellos niños, ancianos o personas enfermas. Al igual que ellos, cada noche me encontraba una cama helada, por la mañana tenía que cambiarme de ropa corriendo, tenía que calentarme las manos para poder seguir tecleando, nunca llevaba menos de cuatro capas de ropa y tenía que ocultar mi tristeza, rabia e impotencia cuando los niños se quejaban del frío.

En todas y cada una de estas situaciones no podía evitar pensar en las personas que no pueden pagar la calefacción, en las personas que sufren de pobreza energética. Ahora que ya se ha solucionado la avería, sigo sin poder evitar pensar en todas aquellas personas para las que el frío no terminará hasta bien entrada la primavera. Cada noche, al entrar en una cama confortable y cálida, no puedo evitar pensar en las personas que seguirán pasando frío. Y me cuesta conciliar el sueño. Continuar leyendo «Pobreza energética, pobreza de espíritu»