Nunca he creído en los deberes, sean escolares o profesionales. Nunca le he encontrado el sentido a tener que llevarte trabajo a casa.
Imagínate que tu hijo llega a casa sin deberes. Quizás, después de descansar un poco, podría ponerse a leer, o a investigar en Internet sobre algunos de los temas que ha tratado en clase, o incluso a tocar algún instrumento.
Quizás, si tu hijo no tuviera deberes, podría complementar su formación con alguna práctica deportiva que le ayude a que su cuerpo crezca tonificado, con alguna práctica plástica que estimule su creatividad o con alguna práctica artística que desarrolle su sentido musical. Continuar leyendo «Hasta el moño de los deberes»