Empiezo a trabajar a las ocho de la mañana. No soy más que un reponedor de un supermercado. Si pudiera ser cajero mi vida cambiaría. Eso sí que es un buen trabajo. Todo el día sentado y hablando con clientes.
Vaya agobio. Todo el día escuchando problemas de los clientes. Si en vez de cajero pudiera ser encargado de supermercado todo cambiaría. Me gustaría estar en el despacho, rodeado de papeles y asistiendo a reuniones importantes en la central.
Otra reunión en la central. Vaya caña que nos dan, además estamos todo el día encerrados en un local. Si pudiera trabajar al aire libre sería feliz, disfrutando del sol y de la brisa en la cara, a mi aire, todo el día en la calle.
Llueve otra vez, estoy harto de trabajar en la calle. Cada día es igual. Coge una cámara y haz fotos de manifestaciones, cubre eventos, asiste a cócteles. Odio los cócteles, odio comer canapés, todos son iguales. Si pudiera trabajar tranquilamente en un banco. Yo quiero ser director de una oficina bancaria. Un director respetado… Continuar leyendo «Insatisfacción crónica»