Miedo al jefe

miedo jefe¿Cómo es tu jefe? ¿Se ha ganado tu respeto? ¿O lidera utilizando el miedo como instrumento de presión?

Cuando hablas sobre liderazgo suelen aparecer interesantes teorías de todo tipo: Lo mejor es que el equipo esté tenso. Tenemos que aprovechar el miedo que tienen a perder su puesto de trabajo para mandar. Yo hago lo que me da la gana que por eso soy jefe. Estas frases y muchas más son el espeluznante reflejo del tipo de líderes que algunas personas tienen que soportar.

¿Por qué somos tan malos liderando? Las empresas invierten grandes cantidades de dinero en formar a sus jefes en cursos de liderazgo en las mejores escuelas de negocios y universidades. ¿Es que se olvidan de todo lo que han aprendido tal cual salen de la puerta?De hecho, es posible que cualquiera de las personas que han pronunciado las bárbaras frases del principio, así como aquellas personas que piensan de la misma manera, no toleren en absoluto a un jefe que las tratara según ellos tratan a sus equipos.

¿Qué está ocurriendo? Ocurre que para ser un buen líder debemos formar diferentes áreas. En primer lugar hay que trabajar las competencias técnicas como la capacidad para tomar decisiones, la planificación o la capacidad de análisis entre otras muchas. A pesar de que se suele hacer, los programas diseñados a tal efecto, en contadas ocasiones prestan atención a como se asimilan, se transfieren y se aplican los contenidos del curso.

Otra área a formar está relacionada con las competencias emocionales como por ejemplo la empatía, la capacidad para gestionar situaciones con una elevada carga emocional, la capacidad para comunicarse adecuadamente, autoregulación, etc. En muy raras ocasiones se trabaja esta área por lo que tenemos a personas que dirigen a personas que a menudo tienen dificultades para gestionar sus propias emociones, sobrevaloran sus propias capacidades y no reúnen la estabilidad emocional y el grado de madurez necesario para liderar a un equipo.

Finalmente hay un área crítica que debemos tener bien presente: la actitud del líder. Cuando te encuentras un jefe preocupado por escalar en la pirámide de la organización, un jefe con un escaso compromiso con la organización o un jefe que no está implicado con su equipo y no actúa de manera responsable y respetuosa; lo más probable es que sufras las consecuencias de su mala praxis.

El impacto de un mal líder es terrible para su equipo pero también lo es para la empresa. Cuando un jefe basa su poder en el miedo, en realidad lo único que consigue es paralizar al equipo. Pero si su estrategia se basa en la ira, el equipo se enroca en defenderse más que en producir. Un jefe que provoca tristeza en su equipo gracias a sus acciones conseguirá que su equipo se sienta incapaz de progresar. Una falta de estrategia provocará la sorpresa y la desorientación en tu equipo. Y, lo más grave, si tu estilo de liderazgo provoca el rechazo de tu equipo conseguirás tener un resultado muy por debajo de las posibilidades reales de las personas que te rodean.

¿Entonces cual es el estilo adecuado de liderazgo? El liderazgo basado en el respeto. Respeto a tu equipo, a tus inversores, a tus clientes y a tus proveedores. Liderazgo basado en la coherencia y liderazgo basado en una exquisita y actualizada preparación.

Te propongo un ejercicio, analiza a los líderes que te rodean. Líderes del trabajo, mediáticos y políticos. Analízate a ti mismo si tienes un cargo de responsabilidad. Analiza tus carencias, tus áreas a desarrollar y tus virtudes; y entonces realiza un balance de tu estilo de liderazgo. Respóndete a la siguiente pregunta. ¿Trabajarías bien y satisfecho con un jefe como con tus virtudes y carencias?

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