Manual (muy) rápido para aprender a pensar

pensarEs que estar pensando siempre es muy cansado, me comentaba un alumno ante mi insistencia para hacer uso de nuestro intelecto. A menudo dejamos nuestras decisiones y todas sus consecuencias al azar pudiendo hacer uso de nuestro bien más preciado, la razón y la capacidad para pensar. Posiblemente mi -no tan joven- alumno no era consciente de las consecuencias que tiene actuar erráticamente, sin pensar, sin analizar o lo que es peor, pensando y analizando de una manera distorsionada o equivocada. Bueno, viendo las noticias podrás identificar muchísimos errores de pensamiento en figuras públicas, pero vamos a lo nuestro, a aprender a pensar.

¡Nunca es tarde para aprender a pensar! A continuación te presento los nueve errores de pensamiento más frecuentes y las claves para pensar acertadamente. Si aprendes a identificarlos dejarás de cometer errores y mejorarás la calidad de tu pensamiento.

Claves para pensar

Empieza por revisar los esquemas y los estereotipos en los que basas tus decisiones y comportamientos. Te animo a que adoptes un pensamiento más flexible huyendo de la dicotomía categórica del bueno o malo, alto o bajo. No polarices, no lo lleves al extremo, no simplifiques, no juzgues, no te precipites; tan solo observa y analiza. Adopta una actitud abierta y receptiva que te permita aprender nuevos esquemas y modelos más ajustados y completos.

No seas hipersensible, no eres el centro del universo, todo lo que ocurre no tiene por qué tener relación contigo. No personalices todo lo que te pasa, no magnifiques ni des más importancia a lo que no tiene importancia. No busques la aceptación de las personas que te rodean a cualquier precio, no te olvides de ti y de tus necesidades, contextualiza y relativiza lo que te ocurre y analiza las áreas en las que puedes influir y en las que no. Piensa con perspectiva.

Acéptate, no te dejes presionar por la moda, el marketing, las tendencias, tus aparentes amigos, la resignación o el deber. Elige, con autoconfianza, aceptándote a ti mismo. Toma tus propias decisiones, preocúpate de aprender a tomar decisiones y analiza y aprende de tus errores, pero elige tu camino libre de presiones externas más o menos explícitas. Vence la deseabilidad, no hagas lo que todo el mundo espera que hagas. Ten criterio propio y encuentra el grupo y el lugar donde encajas y donde aceptan tu idiosincrasia.

Confianza en uno mismo

Confía en ti mismo y comprueba periódicamente que puedes seguir confiando en ti mismo. Cultívate, aprende, analiza y piensa. Cuestiónate, siempre tienes algo que mejorar, desarrollar o aprender. Siempre puedes aprender, de cualquier persona. Abre los ojos y busca modelos más acertados que el tuyo y apréndelos. No te sobrevalores, no te menosprecies. Que tu punto de partida sea la reflexión, no actúes de manera impulsiva.

Desarrolla tu capacidad para negociar, continuamente lo estamos haciendo. No impongas tu criterio a cualquier precio; no descartes las propuestas de otras personas; aprende a dialogar y a debatir. No discutas, argumenta. No grites, mejora tu argumento, busca un punto de acuerdo y toma una decisión.

No seas iluso ni temeroso. A menudo caemos en la ingenuidad o en la paranoia. Depositamos nuestra confianza en quien no debemos y desconfiamos de una persona encantadora repleta de buenas intenciones. Analiza tus relaciones y a las personas que conoces. Pregúntate continuamente el motivo de lo que hacen o dejan de hacer las personas que te rodean, analiza sus motivaciones, disfruta de las relaciones positivas y aléjate de las tóxicas.

Desarrollar habilidades

Desarrolla tus procesos de pensamiento, especialmente el deductivo e inductivo, huye de la asociación simple, no simplifiques, enriquece y contempla diferentes alternativas. Te permitirá anticipar el futuro y aprender de lo que te ha ocurrido.

Desarrolla tu capacidad de análisis, ponla en práctica, analiza siempre. Despeja la duda y vence la incertidumbre de manera activa. Analiza todo, siempre. Busca el porqué de lo que te ocurre y de lo que no te ocurre. Analiza libre de distorsiones. No mezcles el deseo y el miedo con la realidad.

Planifica y organiza proactivamente tu vida. Destina un tiempo y un espacio para cada cosa. Focaliza tu atención, no te disperses. Concéntrate en lo importante y relega a un plano secundario lo accesorio. Transforma tus sueños en objetivos y traza un plan para conseguirlos.

Si haces todo esto seguro, segurísimo, que la vida te irá mejor, cometerás menos errores, te arrepentirás de menos cosas, serás más feliz y harás más feliz a las personas que te rodean. Merece la pena intentarlo, ¿no? ¡Ah! Y no lo dejes para mañana, empieza ahora mismo a pensar…

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