El origen del mal

origenSí, hay gente que disfruta provocando dolor, personas que se sienten bien cuando hacen sufrir a una persona. Sádicos, psicópatas, ególatras, agresivos, pasivo-agresivos, resentidos, agobiados, justicieros, amargados, desalmados y codiciosos ni se inmutan ante el sufrimiento ajeno. No nos olvidemos de los que viven solos en el mundo, los que tienen prioridades incompatibles con las tuyas, de los que juegan contigo y tus sentimientos o de los que están explorando ‘estimulantes’ sensaciones nuevas; ya que para ellos las emociones que pueden estar sintiendo sus víctimas son pequeños detalles sin importancia, banalidades e insignificantes consecuencias de su justificado comportamiento.

Pero ¿Por qué lo hacen? ¿Por qué infringen dolor? Pues porque se lo pasan bien, disfrutan y se regocijan ante el sufrimiento humano. Según su punto de vista no están haciendo nada malo. ¿De qué otra manera podrían dormir plácidamente? No te creas que ellos también sufren, no te equivoques, no sufren lo más mínimo.Bueno en algunos casos si que son conscientes (momentáneamente) de que lo que están haciendo no está del todo bien, pero en cualquier caso, son capaces de autoconvencerse de que está justificado por algo que ha hecho su víctima, el mundo en general, su grupo de referencia o cualquiera argumentación absurda que les permita escabullir la culpa e irse a dormir tranquilamente.

Cierto es que algunas personas pueden provocar dolor de manera inconsciente, pero ten cuidado, ya que muchas veces, el psicópata y el sádico se hacen los tontos, los descuidados, los ingenuos, los que no se han dado cuenta, de una manera más o menos sofisticada o burda. Si quieres Identificar al falso inconsciente, del inconsciente real, te animo a que te fijes en el sentimiento de culpa, de vergüenza y en el deseo de compensar el dolor causado que tiene la persona que te provocó dolor sin darse cuenta.

No siempre hay una explicación para entender el origen del mal. A veces el origen radica en una enfermedad, en la frustración, o en causas externas como el sufrimiento, la falta de un modelo válido o la imitación de un modelo tóxico. Las motivaciones para provocar dolor son variadas. Hay quien se siente amenazado, quien necesita sentirse superior, quien quiere dominar a cualquier precio o quien tan solo se divierte. Los hay que creen que van a perder unos intereses que están en conflicto con los tuyos; incluso encontraras seres primitivos que luchan por su supervivencia como si todavía estuvieran en la edad de piedra.

Podemos bucear en el inconsciente humano, en la actitud vital, en los esquemas de comportamientos, en las reglas, falsas creencias o valores de todos y cada uno de los verdugos que conocemos, pero, sinceramente, a veces dudo de si merece la pena. Creo que es más interesante estudiar el modelo positivo, el de las personas que ayudan, las prosociales, las que cooperan, enseñan, aportan y construyen para así, poder crear planes de estudio que favorezcan el desarrollo pleno, equilibrado y compasivo de nuestros hijos.

Aprende a analizar a las personas; es una fortaleza emocional que te va a permitir alejarte del dolor y ser más feliz. No etiquetes, no juzgues, no estereotipes, tan solo observa, describe y nombra a las personas que tienes cerca para poder proteger tu bienestar, tu autoestima y tu salud. Desconozco si el género humano es bueno o malo por naturaleza, pero entretanto que llegamos a una conclusión, aprende a llamar al pan, pan y al vino, vino.

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