Tito Vilanova ha muerto. Una sensación de tristeza invade mi cuerpo y mi mente. Los ojos se tornan llorosos. Noto como el abatimiento se apodera de mi postura, dejo caer los hombros, ladeo la cabeza y busco un apoyo, mi cuerpo ha perdido su energía. La mente se nubla y aparecen miles de pensamientos rápidos, negativos, tristes… No entiendes porque puede morir una persona en plena juventud, con tantas cosas por hacer, con una familia de la que disfrutar, con amigos maravillosos, con retos y objetivos que cumplir. Es incomprensible.
Me entristece la muerte de Tito Vilanova. No le conozco personalmente, no soy aficionado al futbol, ni tan solo sigo las gestas y luchas del Barça. Pero súbitamente, me he entristecido. He pensado en lo vulnerables que somos todos, en que no somos nadie, en que un día estamos y otro no… tantas frases hechas… tantos recursos para intentar entender lo injusto…He sentido, como muchas personas, que debemos disfrutar del regalo que es la vida, de la salud y de la juventud; de los retos y de las dificultades. Debo buscar mi felicidad y la de los míos. Debo cuidarme más para poder disfrutar de la sonrisa de mis seres queridos durante más tiempo. Debo pasar menos tiempo trabajando, mostrarles el mundo a mis hijos, vivir equilibradamente y amar con pasión a mi pareja.
Debo sentir la energía del despertar cada mañana, trazar un plan para disfrutar de la vida, aprovechar las oportunidades que se nos presentan en el camino, debo sentir mi respiración que me permite vivir, el cálido sol de primavera y el amor de las personas que me rodean… Debo poder relativizar problemas que no son tan graves, tengo que ser capaz de vivir en equilibrio. Retomar mi perspectiva, aprender a vivir en armonía con mi entorno y prestar atención a mí alrededor reconectándome con el mundo, el entorno natural y las personas que me rodean.
En unos días cumplo 40 años. Tito ha muerto a los 45… si me quedaran 5 años de vida, si fuera a morir a los 45… ¿Qué cosas haría? ¿Qué cambiaría? ¿A qué renunciaría? ¿A que no podría renunciar? ¿Cuáles serían mis prioridades?
¿Por qué debo esperar? ¿Qué cosas tienen que esperar?
Mi pensamiento avanza lento, marcado por la tristeza, como el de muchas personas, sin duda. La muerte de Tito nos hará reflexionar a muchos. Pero al final, tras un instante de reflexión todo seguirá igual. Volverás a tu rutina. No te darás cuenta y habrás dejado de vivir para tan solo sobrevivir… pasarás los días esperando que lleguen las vacaciones… Te volverás a perder la sonrisa de tu pareja, la satisfacción de jugar con tus hijos, te dejarás de cuidar y volverás con tu rutina y hábitos tóxicos sin darte cuenta de que debes vivir en equilibrio sabiendo que en cualquier momento la vida se puede acabar.