Cuestión de respeto

46. cuestión de respetoEntiendo que poner en practica una actitud respetuosa pueda parecer complejo y sofisticado; pero no teman, que en realidad es mucho más sencillo de lo que puede parecer.

No recuerdo quien fue quien me enseño, ni tan solo recuerdo si fue alguien, pero lo cierto es que ya hace mucho tiempo que aprendí que la primera muestra de respeto consistía en escuchar.

Se conoce que no tenemos costumbre de escuchar. Si podemos lo evitamos con burdas estrategias como cortar a nuestro interlocutor, hacer mucho ruido o impedir que pueda expresarse con el objetivo de neutralizar cualquier posibilidad de tener que escucharle… No sea que tenga razón.

Y si no hemos podido evitarlo adoptamos estrategias tan absurdas como hacernos los sordos, menospreciar lo escuchado o decir que es mentira. Sea cual fuere el caso, los hechos demuestran una terrible falta de respeto hacia nuestro interlocutor.

Pero ¿por qué no escuchamos? Por muchos motivos…

He de reconocer que para poder escuchar a alguien es necesario disponer de una buena dosis de madurez. Quizás no nos vaya a gustar lo que vamos a escuchar, por lo que lo mejor será no escucharlo, no sea que tengamos que plantearnos algunas preguntas o retos.

Para poder escuchar hay que ser inteligente, lo que se traduce en ser capaz de pensar sobre otros puntos de vista, adoptar nuevas perspectivas y asumir, que posiblemente hayan otras alternativas y otras maneras de hacer las cosas.

Para poder escuchar también hay que ser considerado, es decir, hay que creer que otras personas pueden pensar igual o mejor que tu. Hay quien tiene la verdad absoluta, quien no se equivoca y quien cree que piensa mejor que todas las cabezas pensantes del mundo juntas.

El desprecio es uno de los principales enemigos del respeto. La base del desprecio es la creencia –absolutamente irreal y delirante– de que algunas personas son más que otras. Puedes tener más propiedades que otra persona, puedes tener un titulo en una tarjeta, más estudios, más dinero o unos apellidos más nobles… Pero no olvides que no eres mejor que otra persona, no pretendas sentirte superior, no necesites marcar una diferencia de estatus entre tu y tus semejantes… No lo hagas, porque nada indicará tan claramente que tienes problemas de autoestima y de auto aceptación como la necesidad constante de mostrar que tienes otro nivel, que tienes más categoría, un estatus superior o que mereces el reconocimiento de tus congéneres.

Cuando más de dos millones de personas se están expresando y desean ser escuchadas… Hay que tratarlas con el respeto que se merecen…

Con el respeto que se han ganado a pulso…

Posiblemente estos dos millones de personas no se sientan escuchadas… Posiblemente no lo dirán más alto, pero si más claro… Dudo mucho que dejen de intentar comunicarse…¿Que tal si los escuchamos?

Deja un comentario