#canviesnoestoca o #intoleranciaconlaviolencia

canviesHoy un ‘hashtag’ me ha llamado la atención al conectarme a Twitter, #canviesnoestoca. ¿Qué querrá decir? Navego un rato para tratar de averiguarlo. ¿Qué es Can Vies? ¿Qué está pasando? Después de un buen rato empiezo a hacerme una idea. Es un tema complejo repleto de matices. Complejo, muy complejo.

Algunas teorías hablan de infiltrados violentos que desean provocar el conflicto en Catalunya, dar una mala imagen al mundo y desestabilizar el proceso soberanista. Otras teorías nos dicen que la gente está agobiada, frustrada, cansada y sodomizada, por lo que es perfectamente comprensible que explote violentamente. Hay quien dice que lo único que ocurre es que los okupas se están divirtiendo, provocando y montando un numerito. Incluso en mi pueblo, en mitad del pirineo, a más de 120 kilómetros de Barcelona, unos padres se están movilizando para dar soporte a la causa de Can Vies.¿Pero sabemos que está pasando en Can Vies? Posiblemente no. ¿Entonces cómo nos podemos posicionar? Pues fíjate, a partir de una interpretación de lo que puede ser el origen de unos hechos. ¿Y sabes cuál es el problema? Pues que cuando interpretamos hay margen de error y nos podemos equivocar. Una de las primeras lecciones que aprendí en la facultad de psicología es la de guiarte por la evidencia, por las acciones concretas, por las señales y por los indicios que te permiten seguir profundizando en una dirección.

Si me ciño a esta máxima, lo que veo son tres noches de altercados violentos, sangre, golpes, fuego, desperfectos y daños en materiales públicos y privados. Esto es la evidencia, sin ningún tipo de duda. Mi siguiente pregunta es ¿por qué? ¿Con qué objetivo? ¿Con el objetivo de defender la cultura? ¿El asociacionismo? Y, ¿No habría una manera mejor de hacerlo?

Intolerancia a la violencia

Lo siento, pero no le veo el sentido. De hecho no le veo el sentido a la violencia. Es más, soy absolutamente intolerante e intransigente ante la práctica de la violencia. De hecho ser selectivamente intolerante no está mal. El problema es que no toleramos cosas que deberíamos tolerar como por ejemplo la diversidad o el ejercicio respetuoso de la libertad de elección; y en cambio toleramos y apoyamos formas de violencia descontrolada como lo que está ocurriendo en Can Vies.

Sin ningún tipo de duda hay que apoyar la cultura, el asociacionismo y fomentar la actitud prosocial, acciones que me consta que fomenta, promueve y apoya el Ayuntamiento y la Generalitat. Tan solo basta con mirar la lista de asociaciones diversas que hay en Barcelona –y en cualquier ciudad o pueblo catalán– y cuantos espacios públicos están cedidos a tal efecto. Como bien colectivo, para hacer uso de estas facilidades, a veces hay que organizarse, coordinar y suplir con creatividad lo que los recursos limitados no pueden ofrecer.

¿Pero qué está pasando en Can Vies? Vuelvo a la evidencia. Si en Barcelona debe haber más de un millar de asociaciones y varias docenas de espacios públicos… ¿Por qué motivo el colectivo cultural de Can Vies no contempla hacer uso de estos recursos que ya existen?

Y una pregunta más: ¿Qué esperan conseguir con el uso de la violencia? ¿La violencia es una moneda de cambio? ¿O sea que para conseguir lo que quieres tienes que molestar y provocar daños y dolor? Prefiero enseñarles a los niños a argumentar y a razonar sus decisiones y acciones, discúlpenme, sé que es más sofisticado, educado y respetuoso –e incluso cultural– que promover que den patadas, insulten, peguen y utilicen la fuerza para conseguir lo que quieren.

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