Así acabamos una sesión de esquí-coaching

Comparto un pequeño vídeo nacido de una conversación espontánea.

Justo al finalizar una sesión de esquí & coaching, la persona con la que estaba trabajando compartió conmigo lo bien que le había ido la sesión y las emociones tan intensas que había vivido.

 Subimos a la cima de La Tosa d’Alp con pieles de foca en un día soleado. Durante el camino charlamos, le ofrecí recursos para desarrollar su fortaleza emocional y le expliqué los resultados del test que hizo antes de la sesión.

Desde la cumbre de la Tosa la vista era inspiradora y las endorfinas generadas por el ejercicio nos proporcionaban intensas emociones. Después de saborear nuestro logro compartido -y un bocadillo-, empezamos un largo descenso en el que íbamos parando para consolidar los temas tratados.

En una de estas paradas, mi cliente me dijo, que la gente no era capaz de imaginarse la utilidad de este tipo de sesiones, cerradas con el broche inigualable de un descenso entre árboles, cuevas y paredes de roca impresionantes.

Así que me propuso que grabara un vídeo explicándolo y no hay mejor manera de explicarlo que aprovechando la última bajada. ¡Espero que os guste!

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