Amar, vivir, sobrevivir, eutanasia y San Valentín

sant valentinHay tres titulares que pugnan por conseguir mi atención. Mientras que el Papa Francisco anuncia que celebrará San Valentín con 20.000 novios, Bélgica estudia ampliar la aplicación de la eutanasia a menores y en Catalunya aparece un dato escalofriante sobre el numero de personas que están en listas de espera de operaciones no urgentes.

¿Como voy a poner orden en mi cabeza? Nuestra mente piensa en imágenes, palabras, sonidos, sensaciones y un sinfín de ‘inputs’; pero la escritura es secuencial… Mis dedos no van tan rápido como desearía y además no quiero dejarme nada, ni perderme cualquier pensamiento que me conduzca a un nuevo hilo de reflexión…

180.000 personas están esperando una operación que les ayude a vivir mejor. Muy posiblemente sean mas de 180.000. Estoy convencido. El camino para llegar a conseguir que te atiendan es complicado, largo y tortuoso.Primero debes conseguir el que el medico de cabecera te preste atención, que no te diagnostique ansiedad, depresión, fibromialgia, fatiga crónica o un síndrome inespecifico, viral o autoinmune.

Cuando has conseguido convencerle de que no estas bien, de necesitas ayuda, has de conseguir que te derive a un especialista que valore que tu caso es interesante, que tenga una cierta sensibilidad, que este motivado y que recuerde que su función es la de aliviar el sufrimiento humano. ¡Ah! Ademas es importante que no este de congreso, que no este pensando en un congreso o que no acabe de volver de un congreso y sobre todo… Que esté, no solo de cuerpo presente, sino de cuerpo y alma.

Cuando por fin has llegado al especialista has de conseguir que te diagnostique bien, que dedique más de tres minutos a estudiar tu caso, que no crea que mientes o que exageras y que busque más allá de una explicación simplista y que no se limite a tratar unos síntomas, en ocasiones descontextualizados, sino que busque el origen de los síntomas siguiendo el método científico que durante tanto tiempo han estudiado.

Si consiguen dar con lo que te ocurre empieza otro largo y tortuoso camino, el de conseguir el tratamiento adecuado, sin presiones u ofertas de determinadas marcas. Cómo la enfermedad sea minoritaria, o carezca de interés para las investigaciones que está realizando el profesional, empieza un periplo en forma de abandono, control cada varios meses y derivación a la asociación de enfermos de tu ciudad.

Paralelamente empieza una caza de brujas por parte de las mutuas y otros organismos de control que parten de la base de que estas mintiendo y de que te quieres aprovechar del sistema. Si trabajas en una empresa es muy posible que seas despedido y si eres autónomo es muy posible que termines harto de justificar que te encuentras mal y que lo que quieres no es que te fiscalicen, sino que te ayuden a encontrarte mejor. Posiblemente renuncies a una mísera baja y te des de baja de la cotización, por lo que entrarás en un limbo donde lo único que puedes esperar es comprensión de las personas que te rodean.

Y no hablemos de si el tratamiento es caro. Es difícil que encuentres a alguien que se haga responsable de un tratamiento de por vida con un coste cercano al de las cuotas de una hipoteca media. Demasiadas explicaciones para su superior o para el departamento.

Vaya panorama, ¿no? Pues todavía hay más. El paciente espera, se enfada, se entristece y sufre. Además es perseguido, se le tacha de aprovechado y sobremedicado o mal medicado para que no moleste y esté tranquilo. ¿Sabes cuantas personas han llegado a mi consulta diagnosticados de depresión y ansiedad y medicados y en realidad tenían problemas con el tiroides, con la hipófisis, diabetes no diagnosticada, lupus, celiaquia, artrosis y otras enfermedades autoinmunes?

No tengo la menor duda de que hay excelentes profesionales en el sector médico. Tantos como pésimos. Hay tantos médicos excelentes, buenos, normales, mediocres, malos y pésimos como personas excelentes, buenas, normales, mediocres, malas y pésimas hay en el mundo… No lo olvidemos… Hay médicos responsables e irresponsables, compasivos y egoístas, humildes y ególatras…

Las personas afectadas por una enfermedad, deben empezar a luchar contra las consecuencias del dolor, del sufrimiento, de la exclusion y de la incompresion. Ahora sí que aparecen trastornos psicológicos como la ansiedad o la depresión. Ademas es posible que sus parejas se hayan cansado de las incomodidades que suponen, que sus hijos no disfruten a su lado y que sus compañeros de trabajo y sus jefes les presionen para que mejoren su productividad.

¿Esto es vida? No concibo a nadie que desee poner fin a su vida. Nadie. Nadie desea dejar de sentir el sol en su cara o de oler la primavera. No hay nadie que quiera dejar de disfrutar del ir y venir de las olas, de la sonrisa de su hijo o del abrazo de su ser amado.

Pero hay miles, millones de personas que no viven… Personas que hace tiempo que no pueden disfrutar de nada de lo que les rodea. Personas que no viven, que sobreviven, que sufren y que ademas de ser incomprendidos, están olvidados…

Os propongo un experimento. Durante el día de hoy aprétate el cinturón, desplaza la hebilla un ojal más, siente la presión incomoda sobre tu abdomen. Al final del día déjame un comentario explicándome si has podido disfrutar del día o si has sido capaz de imaginar lo que siente una persona que esta sufriendo.

Y entre tanto en Bélgica debaten sobre la muerte digna… Propongo que aquí debatamos sobre la vida digna. Propongo que se organicen unas jornadas sobre como vivir dignamente y lo que necesitamos para conseguirlo. Intentemos que nuestros congéneres vivan, no que sobrevivan, sino que vivan y puedan disfrutar de todas las oportunidades para disfrutar que nos ofrece la vida.

Entonces, sólo entonces, estaremos en disposición de celebrar el día del amor. A mi me gusta celebrarlo dibujando corazones, en familia, y regalándolos a las personas que amo. Te propongo que hagas lo mismo. San Valentin es la fiesta del amor, del amor romántico, del amor que te hace pensar en otra persona, del amor que sientes al ver a tu pareja, a tu hijo o a tu amigo. Díselo con un corazón… Seguro que le estarás dando vida… Busca a alguien cercano que esté sufriendo o esperando y dile que le amas por la fortaleza que tiene y por su capacidad de lucha.

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